viernes, 29 de julio de 2011

101






Largas sombras trae el mar
Los fuegos queman el rocío y las flores
en amaneceres que parecen ocasos
Hipocampos deformes llegan a la playa
como hojas que arrastran los ríos
desde el silencio de la sierras



Navegan medusas aserradas,
barquichuelos de espuma
Recónditos moluscos entonan canciones antiguas
El chamán busca cometas sobre la luna
Gritan peces monstrudos, quizá desasosegadas sirenas
y un loro parlanchín cuenta historias de viejas tortugas



Una anciana teje y desteje
Sus manos palpitan como intuiciones
Los niños lloran de noche sin parar
y los hombres tienen desgano
Bachacos alados deshojan los árboles
La brisa trae olores de menstruo



La isla tiembla en el mar
Los sabios perciben que se sueltan las amarras,
rictus en las luces postreras del crepúsculo,
en las llamas formas grotescas,
lluvias en verano, sequías en invierno



El huracán se oye a mediodía
Cantos de extrañas guaruras rasgan el velo prodigioso de la tarde



Al cacique se le desprendió la chaguala
y un cóndor-murciélago de oro remontó
un camino insospechado del cielo
Los hombres se preguntan si deben llorar,
rehacer la isla bajo las sonámbulas estrellas de sus sueños
o aguadar las púas que como dientes atrapan insensatos peces
No llueve arena ni lluvia sino un almizcle hediondo de pesar





Oscuras nubes blancas mastican sargazos


(18-07-2011)

No hay comentarios:

Publicar un comentario